27 de septiembre de 2011

El hombre de al lado: no todo es lo que parece



Hay películas que son difíciles de explicar. Que más allá de su narración principal, lo que muestran tiene que ver con otras cosas. Que se develan diferentes elementos que las hacen más importantes que una simple historia cuya acción empieza y termina en algo más de una hora. Pues bien, El hombre de al lado, la segunda película de Mariano Cohn y Gastón Duprat es más que eso. Es una puesta de arte dramático con una moraleja dura y un epílogo apabullante.
Lo que cuenta El hombre de al lado es la historia de un artista del diseño gráfico e industrial de la ciudad de La Plata, interpretado por Rafael Spregelburd, que transcurre sus días inmerso en proyectos que le dan buenos dividendos y con una vida familiar rutinaria, en una casa muy reconocida arquitectónicamente. De golpe y porrazo, su vecino de al lado -Daniel Aráoz- decide abrir una agujero en la medianera para hacer una ventana que da hacia el patio interno de su hogar, a lo que él se niega. La tensión entre ambos y la puja por esta abertura va incrementándose minuto a minuto y el duelo, casi de western urbano, se desgrana inexorablemente a lo largo de todo el film.



Cohn y Duprat demuestran una adultez para la apuesta artística que hacen de esto un pieza fundamental para el cine-arte argentino. El lugar donde la filmaron es la casa Curutchet -única obra en latinoamérica del precursor del movimiento arquitectónico moderno conocido como Le Corbusier- donde, según su web "materializa fielmente la concepción arquitectónica del espacio moderno". Y modernismo que representa fielmente El hombre de al lado en la pantalla.
Con reminiscencias a otros producciones como Vecinos, esa maravillosa comedia negra de principios de los 80' con John Belushi y Dan Aykroid, y cierto toque minimalista del cine francés de los 70, sus encuadres, su forma y su argumento son casi únicos en su género.
Spregelburd construye a un snob del diseño apabullado por su esposa y sus obligaciones, dubitativo y tibio por momentos, pero frío cuando menos se lo espera. Aráoz, en su mejor interpretación actoral que hizo alguna vez, estremece con un tipo guarro, mal hablado, pero deliciosamente disfrutable y emotivo. 



El hombre de al lado decanta y engloba en la cultura, mucho más que lo que muestra la propia cultura. Los créditos del comienzo están basados en la video instalación Boquete, del artista Gaspar Libedinsky, y hay cameos de varias obras de arte de León Ferrari, Irene Banchero y Renata Morini

Va de lo individual a lo general, de lo puntual o lo global con una solvencia que asombra. Siempre contada desde el punto de vista de su protagonista, Cohn y Duprat tienen muñeca para mostrar esta historia donde, en definitiva no hay buenos ni malos, igual que en la vida.
El hombre de al lado es de esas películas en las que al comienzo parece que no ocurriera nada. Que todo es una suma de excelentes planos y buena continuidad. Pero que poco a poco se descubre como lo que es: una metáfora de nuestra asquerosa y sucia sociedad.



15 de septiembre de 2011

Escupiré sobre tu tumba: cuando el cordero se convierte en el lobo



Dentro de la infinidad de remakes de viejos clásicos y reediciones de producciones de países lejanos, de vez en cuando se puede encontrar alguna perla en el universo hollywoodense. Este es el caso de Escupiré sobre tu tumba, remake del film con el mismo nombre del año 1978, que desde su título ya dice mucho de lo que se va a ver en las casi dos horas de duración de esta pelicula de terror estrenada en 2010. 
La historia es la de la escritora Jennifer Hills, quien cansada de su rutina en la ciudad, se va a terminar de redactar su novela a una alejada cabaña en el medio de un bosque. Nada resulta como ella quiere cuando una banda de lugareños empieza a acosarla al punto de violarla salvaje y violentamente. Al escaparse, ella tendrá su venganza personal cuando le pague a cada uno de los atacantes con la misma moneda.





Escupiré sobre tu tumba se inscribe en el estilo de cintas donde banditas esquizoides, sucias, hiperviolentas y descontroladas violan tanto a hombres como a mujeres solos, rodeados de árboles en bosques frondosos, como ocurre en Deliverance, de 1972, o también en La última casa a la izquierda, del mismo año.
No es casualidad que este tipo de argumentos se desarrollaran con amplitud en la década del 70, años en los que se vivieron las primeras consecuencias directas de la guerra de Vietnam, la cual terminó en 1974. 




Muchos guionistas y directores, casi como una somatización de lo que ocurría tanto metafórica como real, explotaron los relatos violentos de bandas anárquicas de hombres que ejercen una violencia inusitada contra una víctima indefensa, en el centro de un bosque, totalmente afuera de la civilización, y donde el que empieza siendo el perjudicado termina tomando venganza de su violador.




Esta versión dirigida por Steven Monroe es superadora en mucho sentido de la original. Técnicamente impecable, con una gran fotografía y con un sentido dramático y actoral diferente a la anterior, Escupiré sobre tu tumba tiene el derroche de hemoglobina vengativa del nuevo cine de terror norteamericano, al estilo de Hostel o de la saga del Juego del Miedo, y se centra más que nada en la revancha de la joven y no tanto en la violación, como ocurría en la vieja.
Párrafo aparte merece la muy buena performance de dos de sus protagonistas. Sarah Butler construye con solvencia el papel de la escritora vejada y Andrew Howard, quien interpreta al comisario del pueblucho maldito, demuestra una gran capacidad para hacer de ese policía asqueroso y violento.
Con un presupuesto de casi 2 millones de dólares este film recaudó, en todo el mundo, algo más de 500 mil, por lo que ni se acercó a recuperar su costo y sus productores no habrán quedado contentos. Aunque esto no empaña para nada sus méritos cinematográficos. 



14 de septiembre de 2011

Cowboys & Aliens: entre tiros y rayos láser




No hay nada más clásico en la matemática que una suma. Pero si a esta fórmula simple se le agregan difíciles derivadas, ecuaciones complicadas y se expande algo más la cuenta, se obtiene un resultado mucho más complejo que dos más dos igual cuatro. Esto es, más o menos, lo que ocurre con Cowboys & Aliens. Un película que pretende llevar más allá de lo habitual a dos géneros cinematográficos que en los papeles no se cruzarían nunca, como el más clásico western junto al de la típica ciencia ficción.
Jon Favreau -para los teleadictos aquel gordito millonario que interpretó en la serie Friends a un novio multimillonario de Mónica- se vuelve a poner sobre su hombro una transposición de la historieta al cine como lo hiciera con Ironman y Ironman II. Aunque esta vez, el resultado no llega a ser totalmente certero.


La película cuenta la historia del poblado Absolution, en el centro de Arizona, donde un hombre -Daniel Craig- aparece en pleno desierto sin saber cómo llegó allí y con un extraño brazalete de metal atrapado en su muñeca. Cuando llega al centro del pueblo, tendrá un fuerte cruce con el Coronel Dolarhyde (Harrison Ford) quien mueve los hilos del lugar. Esa noche de riñas y disputas internas, sus fuerzas se tendrán que unir para combatir a un enemigo mucho mayor: una invasión de naves espaciales.
Con efectos especiales de primera categoría, con buena muñeca para manejar los tonos de acción que se van desarrollando y con algo de humor negro, Favreau logra momentos buenos, aunque no tantos como en sus anteriores películas. 
Es que por momentos, se alargan mucho algunas escenas (sobre todo desde la mitad hacia el final), ciertos diálogos se extienden sin agregar demasiado y determinadas vueltas de tuerca son muy evidentes.


Cowboys & Aliens tiene muchas buenas citas directas a películas de género cómo Alien y Depredador, pero también hay reminisencias de Encuentros cercanos del tercer tipo y se destaca el espíritu del western de Los Imperdonables y de toda la filmografía del Oeste de John Wayne, donde los indios son esenciales para el relato. 
La dupla Craig-Ford, a pesar de algunos clichés clásicos, funciona muy bien y resulta un hallazgo para ser tenido en cuenta para otros films. En un principio tenían pensado otra fórmula. El personaje de Craig lo iba a interpretar Robert Downey Jr., quien se bajó, según la página IMDB, "por problemas de agenda". Sólo después de confirmarse al ex James Bond, se sumó Ford, y una vez más de la mano del productor Steven Spielberg. 


Basada en la novela gráfica de Platinum Studios creada por Scott Mitchell Rosenberg, Cowboys & Aliens tuvo un presupuesto de 163 millones de dólares. Lleva recaudados en los Estados Unidos algo más de 130, con lo que no alcanzó a cubrir su costo.